
Desde 1929 Re-evangelizando bíblicamente aquello que se había perdido.
«“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6)
Creemos, confesamos, nos bautizamos y permanecemos en la fe de nuestro Señor Jesucristo, siguiendo los pasos que Él dictaminó:
1. Creer: “Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” (Romanos 10:10)
2. Confesar: “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 10:32)
3. Bautizarse: “Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados.” (Marcos 1:4)
“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:5)
El bautismo es un acto consciente y deliberado, reservado para aquellos capaces de discernir su pecado. Como enseña la Escritura: “Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.” (Miqueas 7:19)
4. Permanecer en Cristo:
“Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” (Romanos 6:4)
Creemos en la unidad de Dios en tres personas:
“Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.” (Efesios 4:4-6)
Nuestra misión es clara: Re-envagelizar las naciones, en pos del mandato que nuestro Señor y Salvador Jesucristo dictaminó, diciendo:
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (Marcos 16:15-16)
Como Iglesia Universal de Cristo, somos por gracia, embajadores de la reconciliación, guiando por medio del Espíritu Santo a cada alma hacia el encuentro con Dios en Su gracia, verdad y amor eterno.
Queremos ser la luz y sal de este mundo. Que ilumine el camino y sazone de salvación y refugio las vidas restauradas en Cristo, bautizándose en obediencia en aguas naturales, tal como enseña la Palabra de Dios.
Jesucristo es nuestra base: «Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.» (1 Corintios 3:11-4:6). La salvación es nuestro llamado. Y el amor eterno de Dios es lo que escogió de entre las naciones para las naciones.
Amén.